miércoles, febrero 03, 2010

Las rosas

Aveces escribo como mezclando mis reflexiones con pequeños relatos. Es un poco difícil de controlar. Me gusta escribir como cuando algo muy grave ocurre y corres a decírselo a alguien, y no puedes respirar muy bien, por lo que empiezas a soltar palabras casi sin sentido, gritos y ademanes ansiosos, hasta que quien te escucha te dice algo como " a ver cálmate, respira.... ahora sí dime qué pasó". Algo así es esto que escribí anoche. Un montón de pleonasmos, redundancias y juego de ideas: una idea atropella a la otra sin dejarla asentarse en el entendimiento del todo. Es a propósito... incluso hubiera dejado todos los errores "de dedo" que cometí intentando escribir tan rápido...

Las rosas

[tengo tarea, y no tngo tiempo, pero traigo esto en mi cabeza desde hace ratoy tengo que escribirlo antes de que se vaya]




Caminaba. Estaba lloviendo o no, no estoy segura. Supuestamente llovía, pero las gotas no me mojaban, no lo entiendo bien. Estaba abrumada, eso era, confundida. Sólo sabía una cosa... y no era eso ningún secreto, sino mi única certeza.

Me siento nerviosa al redactarlo , porque temo no poder plasmarlo bien, como lo sentí.

Caminaba, como ya dije, sabiendo esa única cosa, que con sus cinco letras le da sentido a la vida, y percibía un olor, constante. Era la lluvia jugando con el aroma de las dos rosas que llevaba en mi mano.

Una emoción... no tengo que decir qué era. Un estado: locura.

Juro que con una sola persona he perdido la sensatez de un momento a otro. Juro que una sola vez he querido dar mi vida incondicionalmente, sin dolor ni resignación. Y es a él. Por primera vez en la vida todo es tan fácil como decirlo. Por primera vez el mundo parece ser uno con el cielo.

Es curioso. Uno pasa toda su vida, en secreto o abiertamente, esperando a alguien llene los vacíos. "Lloré", y en algún momento, cansada de tanto esperar, aseguré, buscando en mi interior un optimismo inútil, que mi otra parte estaría lejos, tan lejos, en otro país, en otro mundo, y que no había por qué perder la paciencia. "Una vez recorrido el mundo", pensé, "podré llorar si no lo encuentro".

Repito... es curioso. Mi amor lo ha dicho mientras acariciaba mis mejillas: "estuviste siempre frente a mí, y estuve ahí, esperando, pensando demasiado quizá, y lloré... porque no sabía cuándo llegarías y me adelanté".

Deseo, -oh, si lo que deseáramos pudiera cumplirse con sólo desearlo de tal manera-, que cuando mis hijos crezcan, puedan comprender que en la vida, -y como en una ocasión leí-, el amor se halla en nuestro propio racimo de uvas, y ahí está, deseando exactamente lo mismo que nosotros, muriendo por encontrarnos... ahí está... No existen las medias naranjas, por eso quizá es difícil entender. Pero nunca está demasiado lejos, a donde no podremos llegar nunca. Si pudiéramos madurar más rápido sin perdernos lo bueno de ser joven...

Ese olor a rosas, no es un olor a rosas. Esas gotas de lluvia no son gotas sino lágrimas. Ese amor mío no es otro sino alguien que nació para hallarme. Son tan hermosas las rosas, pero se marchitan. Amo estas dos rosas en mis manos, tan fugaces. Amo cada día. Amo, amo tanto! Tengo tanto!

Hace un par de horas, de igual forma fugaces, caminaba a su lado... pensando tan tontamente en si ese olor dulce venía de las rosas, que me olvidé de tomar su mano! Me río... Disfruto tanto de su compañía, me sentí tan segura a su lado, que me permití andar oliendo las rosas de aquí a allá, cruzar la calle sin mirar... moriría tranquila si su felicidad y la de mi hijo no me diera más razones para vivir. Oh... ese amor mío cuya recurrente labor es procurar la felicidad de quien ama... y lo logra cada día.

Ah, en serio. Uno vive y es joven, y lo sabe todo. Pero yo siento como si hubiera nacido ayer, si es posible. Sólo una certeza tengo... Quizá por ahora, vivir de eso y por eso basta.

Se hizo de noche sobre nosotros. Paró la lluvia. Fue como siempre, hasta que de nuevo llega, desdichada, la hora de partir; cada quién a su casa de la infancia. Y a desear de nuevo una adultez temprana, porque debe ser increíble caer dormido y despertar junto a la misma persona y amarle más cada vez, diciéndolo o no... Y no decir "adiós", sino "hola" por las noches... Qué ansiedad me causa el pensarlo, pero a la vez me invita a ser paciente.

Pareciera desenfocada mi visión, pero es la que quiero que sea, una despreocupada cuando se le da la gana, una forma distinta de recuperar fragmentos de niñez no resueltos, una forma de concluir o comenzar como se debe. En fin tantas cosas.

Ah... Lo que uno piensa mientras huele unas hermosas rosas rojas...




nota: disculpe quien lo llegue a leer porque no tiene mucha forma pero estaba haciendo otras cosas mientras escribía esto y aquello ^^" ni modo..

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Hoy va a ser un buen día, verdad? Siempre es bueno pensar que va a ser un buen día... porque el mundo se encarga de demostrarnos que no sólo es bueno... es excelente :)

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