*sigh* Justo ahora me siento algo extraña.
Arde algo en mi interior, no sé.
Acabo de encontrar un blog de una persona que inicialmente me gustó, después lo quise, después fuimos amigos, después lo herí, volvimos a ser amigos, me alejé, me volví a acercar, me gustó, lo quise, lo quise más, lo amé (?) y me hirió, me hirió mucho.
Llegué a ese blog y fue tan extraño... porque me siento tan diferente de cuando todo aquello pasó.
Era bastante... infeliz y la realidad no era nada, nada de nada. Hoy la realidad es difícil. Entonces yo solita me complicaba la vida. Hoy es la vida la que se complica para mí, por mis circunstancias.
Ese chavo se refirió a mi hijo de una mala manera. Es gracioso. No me pregunten por qué, pero es gracioso que él se atreva a burlarse de alguien que por mucho lo supera, más allá de las circunstancias en las que hallan nacido o crecido.
Juro que no vivo enojada con él. Pero es un cobarde! y cuando recuerdo que nunca ha sido capaz de enfrentarme digo... Por qué carajos alguien como yo hubiera querido estar con él?
Lo más patético de la situación es que cuando decidí estar con él, renuncié al futuro. Dejé de pensar en lo que un hombre tendría para darme y decidí depender sólo de mí misma, pues él no tenía nada que ofrecerme ni a corto ni a largo plazo.
Fue una decisión mediocre que pagué relativamente caro.
En fin, ya basta de darme a odiar..
Quiero cenar...
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