Una aburrida entrada sobre mis pies.
Nunca me han gustado mis pies. Cuando me piden que los muestre yo me niego. No me gusta usar zapatos abiertos. Mi papá dice que son bonitos pero a mí nada más no me gustan. No son pies femeninos, ni pequeños ni finos. Son pies normales, supongo.
Como todos los pies requieren cuidado, por eso los lavo y los seco muy bien. Mis feos pies.
Nadie nadie ha tocado mis pies en años, y nadie lo hará en algunos años más.
Me gusta usar calcetines, siempre siempre. Cuando usaba flat shoes y me sudaban pues... eso podía causarme mal olor. Por eso ya no uso ese tipo de calzado más de dos días seguidos.
Mis pies mis pies mis pies, mis aburridos pies. ¿Quién quiere leer sobre mis pies?
Mis pies no servían para hacer ballet, no se pueden apuntar bien.
Mis pies están medio planos y son desobedientes también.
He visto pies muy bonitos y me gustan tanto tanto.
El rechazo por mis propios pies hace que sienta una extraña fascinación por ver los pies de los demás. Nadie entendería esa clase de morbo. También lo siento con otras cosas que prefiero no mencionar. Hay cosas en la gente que me causan curiosidad (como su estructura ósea, entre otras cosas). Pero qué le hago. Me pregunto si es muy raro que yo mire a la gente pero es en verdad cierta fascinación que experimento... no lo entiendo pero así es. Como los niños, siempre he sido así: miro, miro, no juzgo, sólo miro.
(Estas fotos son de algún día que fui de compras, me cansé y me senté en algun rincón de la tienda a descansar un momento).
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