Ya anocheció, el día acaba dejándome con una serie de descubrimientos sobre mí y los demás que no imaginarías. Estoy enamorada.
Hoy he visto a través de tus ojos, y me he sentido tan viva y tan real... que me siento egoísta.
Cada día que pasa y vives y yo vivo, es un regalo para mí.
Me siento tonta, tonta, tonta. No puedo decir nada que no suene así.
Es de noche y tengo ganas de escribir tantas cosas... Pero nada sale claro.
Tengo sueño ya, pero estoy enamorada, encadenada a cualquier medio de comunicación a través del cual puedas manifestarte, amor.
Claro, estoy exagerando, las cadenas no están ahí, es una suave pero adictiva sensación, ese algo que dice que a la hora de dormir uno duerme, no antes, no cuando puedes decir algo que alegre a ese alguien importante.
Tengo ansiedad, no sé si es por el futuro, o porque la hora temida, en que el sueño me arrebata los pensamientos sobre ti, se acerca.
Es de noche, y cada vez más de día. ¡Voy a dormirme ya, amor! Para que pase pronto la noche, y el día y la noche de nuevo llegue... para volver a saber de ti.
No te confundas, por favor. Mi vida sigue... pero nunca me olvido de ti.
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